El proceso de aprendizaje también influye notablemente en el lenguaje y, por eso, algunos de los personajes más productivos de todo el mundo, como Jeff Bezos, defienden a capa y espada la importancia de escribir bien… una simple regla de oro que puede determinar el éxito que tendrá esa persona en su carrera profesional.
Gracias a Chomsky, hoy sabemos dos cosas básicas que refuerzan la importancia de la educación desde la infancia: que (casi) cualquier persona del mundo puede llegar a desarrollar una inteligencia superlativa (incluso aunque solo pueda expresarla en su idioma) y que no basta con ser un genio matemático o un as de la tecnología para tener éxito en tu carrera profesional.
Aprender a escribir bien es fundamental para desarrollar el pensamiento y, por tanto, la inteligencia. Y esa es precisamente la postura de Jeff Bezos, que en su día llegó a prohibir las presentaciones en PowerPoint en Amazon y, en su lugar, estableció un sistema de dossieres seis páginas.
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Para Bezos, escribir bien significa ser capaz no solo de comunicarse con claridad, sino también de pensar en problemas complejos. Escribir, en resumen, te hace más persuasivo e inteligente. Pero, ¿cómo se llega a dominar esta habilidad tan compleja pero de vital importancia? Es probable que uno busque trucos o consejos para escribir bien, pero según el propio Bezos, este tipo de soluciones rápidas solo te permitirán alcanzar cierto dominio de la escritura. Para llegar ser un experto, también están los clubes o talleres de escritura, pero si realmente quieres escribir bien, el fundador de Amazon señala que lo que necesitas es mucho tiempo ininterrumpido para concentrarte.
Los mejores memorandos se deben escribir, revisarse y reescribirse antes de que algún colega ofrezca un primer ‘feedback’, según Bezos, que considera conveniente dejar pasar unos días antes de valorar la incorporación de esos comentarios, con la mente más fresca. Quizás, el único problema es de dónde sacar todo ese tiempo: al margen del periodismo -con lapsos realmente estrechos para escribir noticias urgentes, por ejemplo-, la mayoría de las personas apenas disponen de unos minutos entre tarea y tarea en su trabajo, por lo que pensar en tener unas horas muertas para perfeccionar su escritura resulta algo quimérico.
Tampoco los compañeros de trabajo suelen tener tiempo para leer lo que uno ha escrito y darle su opinión, por lo que la idea de Bezos es más complicada de ejecutar de lo que parece. De ahí que, muchas veces, perfeccionar tu escritura requiera incluso de tu tiempo libre. Por eso, hacer hueco en tu calendario y planificar unas horas a la semana simplemente para sentarse y escribir puede ser la forma más fácil. También utilizar unas vacaciones o los días libres, para sumergirte en el mundo de la escritura. Pero, por encima de todo, leer. Leer mucho.