Stone se ha unido así a la lista de estrellas que en los últimos años han protagonizado cintas que cuentan la versión del malo de la historia: Joaquín Phoenix en “Joker”, Angelina Jolie en Maleficient, Margot Robbie en Birds of Prey o Tom Hardy en Venom. “Siempre nos ha interesado conocer qué es lo que lleva a una persona a vivir en su lado más oscuro -analiza Stone-. A habitar en esas partes que uno oculta o que llega a pensar pero que resultan demasiado crueles o socialmente inaceptables”.
La actriz compara la atracción que generan los antagonistas con el cine de terror. “Son una catarsis para el público”, afirma. Pero mucho antes de que Cruella de Vil despertara toda esa fascinación, vivió otra vida en la que se hacía llamar Estella y acumuló un puñado de traumas que moldearon al personaje conocido por todos. Ahí es donde Craig Gillespie, el director de I, Tonya (2017) lleva la trama de la nueva cinta.
Ambientada en el Londres de los años 1970, la película arranca cuando Estella queda huérfana y debe ganarse la vida en las calles de la capital británica. La joven desarrollará una gran habilidad para los robos gracias a una pandilla callejera que la ayuda a obtener su primer trabajo en la industria de la moda. Como suele ser habitual, la futura villana se encontrará con una figura que impulsa su salto hacia el lado oscuro de la vida, la baronesa Von Hellman, una destacada diseñadora encarnada por Emma Thompson.
La actriz aceptó el papel a pesar de que Glenn Close había dejado el listón muy alto en las dos películas sobre los 101 dálmatas que Disney grabó con un reparto de carne y hueso. “Ella es genial y la mejor Cruella del cine”, asegura con humildad. Pero Stone descubrió que la novela de Dodie Smith, The Hundred and One Dalmatians, que introdujo al personaje por primera vez en 1956 daba aún más detalles sobre la protagonista.
“No lo leí antes. En el libro es mala pero de verdad. Pone pimienta en todas sus comidas y tiene frío incluso sentada al lado de una hoguera. Me dio muchos detalles para aportar al personaje”, relata. Casi 65 años después de esa novela, Cruella y su extravagancia vuelven a estar de moda.